Todos los fabricantes de botellas de agua incluyen en sus etiquetas los minerales que contienen y en que proporciones se encuentran. Dentro de estos minerales encontramos Bicarbonatos, Calcio, Magnesio, Sodio… La mayoría de ellos conocidos, sin embargo, hay otro que llama la atención por su nombre, el Residuo Seco.
El residuo seco se define como la cantidad de sales minerales disueltas en el agua. El que el agua contenga más o menos residuo seco dependerá de las características del terreno donde se encuentre el manantial.
El término residuo seco puede llevar a pensar que se trata de algo perjudicial para la salud. Sin embargo, se trata de los minerales que se encuentran de forma natural en las aguas minerales naturales. Entre estos minerales hay nutrientes que benefician a nuestra salud. De esta forma, mientras que la concentración de residuo seco no supere un valor demasiado alto como puede ser 500 mg/L no deberíamos preocuparnos.
Para que nos hagamos una idea de las cantidad de residuo seco que llevan las botellas de agua en España, cuando una botella indica que es de mineralización muy débil significa que tiene un residuo seco inferior a 50 mg/L. Algunos ejemplos de mineralización muy débil son Bezoya y Solares. Entre las aguas de mineralización débil se encuentran las que tienen un residuo seco entre 50 mg/L y 500 mg/L. Las aguas de mineralización fuerte superan los 500 mg/L. Por otro lado, el agua de grifo, según el último informe realizado por el Ministerio de Sanidad, contiene de media 324 mg/L.
Si después de leer la etiqueta de la botella no quedáis satisfechos con la información que dan o tomáis agua del grifo y queréis comprobar la «pureza» del agua, existen unos aparatos muy económicos que sirven para medir la calidad del agua. Estos aparatos se conocen como Medidores TDS y se pueden comprar en Amazon por unos 15€.